Reportaje

Diversidad biocultural: un enfoque para salvaguardar el futuro

En tiempos de inminente destrucción ambiental es necesario considerar nuevas alternativas que nos permitan recobrar la relación con el medio ambiente, que no es más que un vínculo natural que hemos perdido para darle paso a la idea del progreso económico que nos está extinguiendo de a poco.

Por: Sofía Londoño Galeano

El biólogo y antropólogo americano Darrell Posey investigó las formas de vida y prácticas productivas de la comunidad Kayapó, en Brasil, determinando que estas contribuían a la conservación de la naturaleza.
Foto: Martin Schoeller. Tomada de: nationalgeographic.com.es

Con el pasar del tiempo el atractivo citadino va perdiendo su encanto, y pareciera que solo nos damos cuenta de sus desventajas cuando logramos disipar de nuestras mentes las preocupaciones diarias. Inquietudes que nos consumen desde el minuto en el que abrimos los ojos; luego, salimos a la selva de cemento a respirar aire carburizado y atender los quehaceres del día. ¿Cómo llegamos a este momento en el que la naturaleza, de la cual provenimos y gracias a ella existimos, se tornó ajena a nuestras dinámicas? No hay tiempo para reflexionar en medio del vertiginoso movimiento cotidiano, pero lo cierto es que, con cada paso que damos, se acerca el punto inminente de la implosión climática y, con ella, nuestra extinción. 

Desde la ciencia se hace un llamado a considerar nuevas perspectivas de conocimiento para abordar nuestra relación con la naturaleza e incluir una visión más integrativa que libere un poco la objetividad restrictiva del paradigma científico. Es así como surge el concepto de diversidad biocultural, término que pretende dar cuenta de las relaciones de las comunidades con su entorno natural. Con esta relación viene la evolución paulatina entre dos diversidades: la natural y la cultural. Se asume que ambas no solo pueden convivir, sino que contribuyen al desarrollo de la otra a medida que logran sus puntos de equilibrio. Como una preocupación latente de la comunidad científica se plantea, entonces, la necesidad de acceder a nuevas formas que resignifiquen la importancia del medio ambiente en la evolución de la sociedad.

Por supuesto, este balance no es una idea nueva para las comunidades indígenas, afrodescendientes y raizales del mundo. Es desde sus cosmovisiones que se han mantenido muchos territorios protegidos de las garras del “progreso”. Para estas, es común considerar al ser humano como indivisible de su entorno natural, concediéndole a ambos un lugar de igualdad. Por su parte, nuestras concepciones citadinas generan, por oposición, un imaginario de superioridad humana sobre el cual nos hemos erigido como parte de la dinámica económica que nos rige.  

El surgimiento de la diversidad biocultural se dio como consecuencia de una preocupación por los irreversibles daños a los ecosistemas y la extinción de las especies de flora y fauna que se han venido acrecentando en las últimas décadas.

Así pues, el llamado que hace la diversidad biocultural es a repensarnos las estructuras sociales y económicas para, de alguna manera, forjar identidades a partir de nuestra relación con la naturaleza. Es así como se apunta a la preservación de las diversidades mencionadas anteriormente —la natural y la cultural—, y por ende, a la preservación de la vida misma.

El surgimiento de la diversidad biocultural se dio como consecuencia de una preocupación por los irreversibles daños a los ecosistemas y la extinción de las especies de flora y fauna que se han venido acrecentando en las últimas décadas. Este enfoque permite que, desde la mirada científica, se integre la comprensión de los valores de las comunidades en torno a sus modos de vida, costumbres y creencias. Esto, por supuesto, también afecta las prácticas productivas, que en los territorios suelen ser saberes de generaciones pasadas. La comprensión y valoración de estas prácticas desde la academia con una mirada crítica y transformativa que permita el acercamiento al objeto de estudio, es lo que generará contenidos investigativos con un enfoque actual muy necesario.

Ahora bien, aunque este enfoque haya surgido desde la academia, puede darnos pistas para asumir, desde el ámbito personal, una forma de vida que incluya una visión crítica ambiental. En comparación con otros conceptos técnicos, la diversidad biocultural puede mutar para transformarse en pilar de desarrollo individual y comunitario. El llamado de la biodiversidad a convivir con ella de manera sostenible se convertirá en una necesidad básica a medida que las condiciones de cambio climático deterioren nuestra calidad de vida. 

Cuando no podamos ignorar que respirar se ha convertido en una tarea dificultosa; cuando disminuya el acceso al agua potable y las condiciones climáticas afecten los cultivos, las preocupaciones de la selva de concreto poco importarán. No solo es necesario un cambio desde la academia, sino que esta debe afectar las visiones de vida de las personas. Es así como la diversidad biocultural nos ofrece un camino crítico para salvaguardar el equilibrio de la vida humana y la natural.

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