Dossier África – AFROTOPÍA
AFROTOPÍA
Los economistas estiman que el continente africano será el próximo destino de los capitales internacionales. Con la disponibilidad de recursos naturales y de materias primas, África será el futuro del capitalismo mundial, ¿pero a qué precio? Felwine Sarr analiza en su libro Afrotopía, esta y otras discusiones desde lo filosófico de un continente al cual debemos volver a mirar.
Por: Óscar Hembert Moreno LeyvaLicenciado en Historia
Portada del libro Afrotopía, de Felwin Sarr.Foto: https://www.catarata.org/libro/afrotopia_88607/
Felwine Sarr es economista, músico, teórico y como él mismo dice: afrorealista. En la Universidad Gaston Berger de Saint-Louis, es profesor y también director del Departamento de Civilizaciones, Religiones, Arte y Comunicación de la misma universidad. Autor de varios libros académicos es considerado una de las plumas más destacadas de la literatura africana.
A partir de una imagen de África convulsionada, con crisis políticas multiformes, yihadismo, guerras civiles y mala gobernanza, Felwine Sarr trae en su reciente libro, Afrotopía, un detallado análisis de África y del advenimiento al que se desea llegar proponiendo la Afrotopía. Pensar África es caminar bajo un amanecer incierto, a lo largo de una senda marcada en la que el caminante se ve forzado a acelerar el paso para alcanzar el tren de un mundo que parece haber partido hace siglos.
En un contexto global donde está en crisis el proyecto de civilización, es urgente, como dice el autor, promover la utopía africana, que consiste en abrir otros caminos del vivre-ensemble o sentido de la comunidad, propone además rearticular las relaciones entre los diferentes ordenes: el cultural, el social, el económico, el político, creando así un nuevo espacio de significación y construir sociedades que tengan sentido para aquellos que las habitan.
Afrotopía se basa en una fuerte crítica al mito occidental del progreso, que tuvo como consecuencia una desestructuración de la individualidad básica de los grupos sociales africanos, de las redes de solidaridad existentes, de sus sistemas de significados, pero, sobre todo, un aprisionamiento de las poblaciones en un sistema de valores que no era el suyo. La biblioteca colonial, concepto propuesto por el pensador Valentin Yves Mudimbé, ha esquematizado las tradiciones africanas caracterizándolas por una temporalidad inmóvil, contra al avance de la historia y del progreso según el mito occidental. Mudimbé también dice que Occidente creó al salvaje con el fin de civilizar, el subdesarrollado con el fin de desarrollar, al primitivo para poder hacer etnología. También propone, si el orden del discurso africano no buscado no podría obtenerse remplazando las lenguas europeas por las lenguas africanas, revisando lo que decía el filósofo Wittgenstein, los límites de mi lengua son los límites de mi mundo. Para Felwine Sarr es imprescindible invertir masivamente en la reapropiación de los saberes continentales, de la razón oral, de la biblioteca ante-colonial, así como de los saberes del resto del mundo. Para Georges Ngango no se trata de que África rechace las lecciones que pueden aportarle experiencias exteriores sobre el camino de la modernidad económica, técnica y política sino de situar los niveles de contacto indispensables, así como los límites que se han de asignar a los valores que África debe aceptar como factores positivos de su enriquecimiento. La perspectiva de las modernidades alternativas es una propuesta de re-narración de lo moderno que insiste en la diversidad de sus encarnaciones en lugares periféricos en relación con el núcleo occidental. Las civilizaciones negro africanas, las del islam, del hinduismo, del judaísmo, albergan en su seno un proyecto portador de universalismo fundado en la razón.
Reclama para África, es hora de los africanos hacer una autorreflexión, pensarse en la solución y volverse menos vulnerables a las influencias exteriores vinculadas en nombre de un interés que no es necesariamente el suyo. Aun hay un debate sobre la necesidad de descolonizar varias áreas, incluyendo las mentalidades. La descolonización no solo es territorial y no acaba con las independencias de los países, es un proceso, descolonizar el intelecto, lo psicológico y el conocimiento, las universidades deben pensar cómo descolonizar el lenguaje para tener relaciones más justas y respetuosas.
De ahí la importancia de elaborar un proyecto en muchos países africanos que emane de su propio ser y visión del mundo, alejando modelos sociales que no son adecuados para ellos y que carecen de sentido para quienes los habitan. También alude al déficit de pensamiento y de producción de sus propias metáforas futuras que sufre el continente africano, incidiendo en la necesidad de articular un pensamiento sobre el presente y el devenir de África.
A través de las páginas de este libro, el pensador invita a África a salirse de esa carrera sin sentido, predadora y demoledora en la que el mundo se ha embarcado en una turbulencia voraz de consumo y destrucción porque “no se trata de alcanzar a nadie, sino de dar lo mejor de uno mismo. Como ya lo fue en los comienzos de la humanidad, África puede volver a ser el pulmón espiritual del mundo”.
Felwin Sarr, escritor senegalés.Foto: https://happyinafrica.com/reussite/felwine-sarr-pense-panse-lafrique